El jueves 15 de diciembre de 2016, los socios y amigos del Forum Europeo de Administradores de la Educación de la Comunidad Valenciana –FEAE.CV-, tuvimos una cena coloquio con Mariano Fernández Enguita, profesor de la universidad Complutense de Madrid.
El motivo, en esta ocasión, fue presentar su último libro: “LA EDUCACIÓN EN LA ENCRUCIJADA”, publicada por editorial Santillana, y poder intercambiar opiniones acerca de la situación actual de la educación.
La introducción no pudo ser más prometedora. ¿Por qué dicen educación cuando quieren decir escuela?
La educación es un concepto más amplio, intemporal, imposible de ubicar en un lugar determinado; mientras la escuela, como parte del sistema educativo reglado, tiene una presencia más perceptible, estando sujeta e influenciada por los cambios que se produzcan en la sociedad. Queremos hablar de la escuela, pero utilizamos la palabra educación.
El sistema educativo, está en permanente cambio, bien por los cambios sociales que terminan modificando la escuela, o bien, por los cambios internos que se producen dentro del sistema escolar. Por tanto, esta “encrucijada”, la resumió señalando dos cambios: los que vienen de fuera y otros que se producen dentro del propio sistema escolar.
El profesor Enguita señaló tres características de los cambios que se están produciendo fuera del sistema educativo: la modernidad , la digitalización y los cambios en el mundo de la producción.
El sistema educativo ha llevado siempre implícita la idea de modernidad como característica del cambio que promete. Hubo momentos históricos en que ser moderno era pasar de la costumbre a la ley, o pasar de las variantes lingüísticas a la lengua oficial, pero hoy, cuando hablamos de modernidad es básico referirnos a su característica más singular: la globalización. Un mundo globalizado que, por una parte, produce una gran uniformidad: allá donde vamos vemos los mismos productos; pero a la vez, produce también una gran diversidad interior: nuestros barrios y nuestras aulas son un claro ejemplo de ello. De todo ello, se deduce que la escuela debe tener un referente más amplio que su entorno, y debe acercar a sus alumnos a esa aldea más global. Quedan lejos los tiempos iniciales de la escuela al servicio de la construcción nacional.
El segundo paradigma es la digitalización. Los alumnos viven en un entorno digital y el sistema educativo debe incorporar este entorno a su actividad escolar. El cambio es de un calibre similar al que se produjo en la antigua Grecia, cuando la escritura competía con la transmisión oral, incluso el cambio que se produce a finales del s XV, cuando la imprenta hace su aparición. Las resistencias tanto en un caso como en el otro fueron notables. Sirva como ejemplo de tales resistencias, cuando Sócrates abomina de la escritura, advirtiendo que nos haría perder la memoria. Afortunadamente, ahí estaba Platón, que al no hacerle caso, dejó constancia de ello en Fedro, uno de sus más célebres diálogos.
Estamos viviendo un cambio en el soporte del aprendizaje, que si en un tiempo fue entre la palabra oral y la escritura, ahora se produce entre la imprenta y el soporte digital. Las críticas que ahora se le hacen al soporte digital, son idénticas a las que se hicieron al libro, es por ello que el profesor Enguita señaló que se trata de viejas preguntas, en especial la que señala que el libro digital disminuirá la atención o que aumentará la distracción.
La tercera característica del mundo actual que el profesor Enguita señala, es la referida a los cambios en el mundo de producción. La finalidad de la educación, señalada en el artículo 27.2 de la Constitución: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”, indica que la finalidad de la educación es la formación de ciudadanos. Si preguntamos a los alumnos – “público cautivo”- , o a sus familiares, nos dirán que esperan que el sistema educativo dé la cualificación suficiente para acceder a un puesto de trabajo. El sistema educativo debe responder a ambas demandas, tanto a la de formar ciudadanos, como a la de formar para el trabajo.
La segunda parte de su exposición estuvo dirigida a señalar los cambio que se están produciendo dentro del sistema escolar: a la propia escuela como institución, a los alumnos como usuarios del sistema escolar, y la referida la profesión docente.
Los cambios en la escuela tienen su propio ritmo, coincidiremos en señalar que van muy despacio. La escuela como institución, confía en que los alumnos se acerquen al saber movidos por el deseo personal, pero caso de no producirse de manera eficiente, siempre recurre a la promesa de que el esfuerzo tendrá su recompensa. Una vez más el mito de Prometeo acude en ayuda de la escuela.
Los alumnos están en el sistema educativo de forma obligatoria, permaneciendo en él no menos de 15 años. Si en un tiempo cercano, la valía individual, el esfuerzo individual, se veía recompensado, hoy más que nunca, el origen social está por encima de la meritocracia. El sistema educativo cumple su promesa, y los alumnos, que permanecen en la escuela más tiempo que nunca, no ven cumplidas sus expectativas personales.
Hoy tenemos acceso a más información que nunca. La información está en todas partes, pero paralelamente el conocimiento es cada vez más escaso. Antes el docente era la ventana al mundo, controlaba la información, decidía qué información era valiosa, pero hoy compite con la red, y no debe ignorar que el alumno accede a cualquier información, y que las familias, están cada vez más formadas, llegando a cuestionar algunas de sus decisiones. A pesar de todas las dificultades de la profesión docente, sigue siendo, junto a los médicos, una de las profesiones mejor valoradas en cualquier encuesta y, su salario anual, es el tercero de todos los países de la OCDE, incluso en los tiempos de crisis económica.
Aunque la charla llegó a su fin con esta inyección de moral para los docentes, en el sentido de que somos una profesión valorada y que tenemos un salario aceptable, las PREGUNTAS posteriores dejaron ver la preocupación y las reflexiones de los asistentes.
Interesados por la equidad del sistema educativo, el profesor Enguita, habló de justicia escolar, como resultado de las acciones escolares contra las desigualdades. La escuela no debe renunciar al tratamiento de la diversidad y conseguir la máxima equidad posible. No sirven excusas en esta labor.
El papel de la dirección escolar, uno de los principales dinamizadores de la educación para FEAE CV, mereció también una pregunta de los asistentes. Pueden producirse cambio en las aulas, pero los verdaderos cambios son los que se producen en red, son los que se producen en varias escuelas simultáneamente. Lamentablemente “tenemos en las escuelas, especialmente en las públicas, directores que no dirigen”, y con esta fórmula no se puede funcionar.
Otra pregunta que contó con varias aportaciones, fue la referente al pacto educativo, para acabar con tantas leyes orgánicas educativas y para darle estabilidad al sistema educativa. El profesor Enguita, estando de acuerdo con el planteamiento, indicó que pactar es ceder y que, por tanto, se debe llegar a un acuerdo en estas siete cuestiones: religión, comprensividad, dirección y autonomía de centros, financiación, centros docentes, lengua y titularidad.
Continuamos con una pregunta acerca de qué pensaba sobre el fenómeno escolar conocido como “homescholing”. El Profesor señaló que en EUA es la variante de escolarización que más crece y que con los controles adecuados debiera permitirse.
ACABAMOS cerca de la medianoche, interesándonos por la inspección educativa. La educación no es de los docentes, es de la sociedad que la paga con sus impuestos y por ello, tiene mucho que decir al respecto.
La función de control de la inspección es fundamental. Los poderes públicos democráticamente elegidos, deben controlar el funcionamiento del sistema educativo, y divulgar toda la información de un centro financiado con fondos públicos. ¿Alguien conoce un informe de la inspección educativa sobre un centro docente? La respuesta es que nadie que no sea la propia inspección o el centro. Puso el ejemplo del Reino Unido, donde cualquier ciudadano puede acceder por internet a los informes que la inspección hace de cualquier centro, algo muy lejos aún de nuestra situación, pero que sería muy positivo.
Nuestra felicitación al profesor Mariano Fernández Enguita por su exposición, el agradecimiento a todos por su asistencia y que pronto volvamos a vernos en las próximas actividades que FEAE CV desarrollará en 2017, sirvió como colofón al deseo de felices fiestas navideñas.