Lanzamiento del 4º número de la Revisa DyLE. «Espacios en Educación”.
https://www.dyle.es/ Editorial
Emilio J. Veiga Río
Presidente de la Federación Estatal del Fórum Europeo de Administradores/as de la Educación
«Espacios en Educación». No es, ni mucho menos, un tema nuevo. Desde hace décadas el estudio del espacio escolar y la organización del aula interesa a muchos profesionales: pedagogos, psicólogos, arquitectos, maestros… El espacio, concebido en su totalidad, aulas, patios, pasillos, demás zonas interiores y exteriores, el propio entorno… debe ser un elemento más de la actividad docente y, por tanto, es necesario estructurarlo y organizarlo adecuadamente. Entendemos que el ambiente del centro y del aula constituye un instrumento muy valioso para el aprendizaje, y por eso ha de ser objeto de reflexión y de planificación para todos los miembros de la comunidad escolar. Pedagogía y espacio se han de concebir como una unidad a la hora de diseñar (Fisher, 2015). En este sentido es de destacar el artículo de Ana Mombiedro, “Espacios activos. La atmósfera del aula como impulsor del aprendizaje”, en el que destaca la importancia de la relación alumno-espacio y nos dice que la evolución hacia una arquitectura educativa más sensible con la sociedad actual ha de hacerse desde dentro y con el mayor número de herramientas posibles. Además, destacar la interesante reflexión que hace sobre la relación entre las metodologías y el entorno de aprendizaje.
La arquitectura escolar define las condiciones de confort en las que van a desarrollarse los procesos de enseñanza aprendizaje. Y también ocurre a la inversa, existe “una relación entre el desarrollo de la persona, la práctica educativa y las implicaciones de estos factores en los diseños (Burke, Gallagher, Prosser y Torrington, 2006). Así reflexiona Fernández Enguita en su artículo “La conquista del espacio” en el que hace un recorrido histórico sobre la evolución de las aulas y espacios escolares y cómo estos han ido marcando las culturas escolares a lo largo del tiempo. Frente a ello otro tipo de configuración arquitectónica-didáctica se ve como imprescindible para la puesta en marcha de esas “metodologías abiertas” más innovadoras y creativas. Del impacto de la evolución de internet y de las plataformas en el centro, nos hablan, Rosendo Fumero y Cristo Sánchez en su artículo “Hacia la virtualización del aula”, en el cual nos encontramos con una interesante reflexión de como la virtualización o tecnologización de las aulas y de otros espacios puede cambiar la cultura educativa y organizativa de un centro escolar.
Queremos destacar además en todo este caminar que el reconocer la importancia del espacio como recurso pedagógico supone considerar la implicación y la formación del profesorado como elementos imprescindibles para la concepción del cambio de paradigma. Así queda reflejado en los interesantes artículos sobre investigación-acción de proyectos a seguir como los que se reflejan en los artículos de los miembros de la comunidad educativa del CEIP “Los Albares”, el coordinador del proyecto NEMESIS y el profesorado de la Facultad de Educación de Zaragoza. Proyecto que busca como elaborar un modelo pedagógico que permita impulsar procesos de innovación social en centros educativos. Y el no menos interesante “Proyecto LUPO”, a través del cual Fermín G. Blanco expone un proyecto en el que se trabaja el currículum escolar a través de la arquitectura y específicamente a través de la arquitectura del centro. Cada obra es un motivo para introducir didácticas y crear comunidad.
Por último, destacar como, a lo largo del monográfico, quedan patentes y claras las apuestas que hacen muchos centros escolares y sus comunidades educativas por implementar un cambio real de cómo hacer las cosas de otra manera. Claramente lo podemos constatar en el artículo de “La cocina como espacio virtual de aprendizaje”, de unas docentes altamente implicadas en el cambio metodológico como son Susana Vázquez y Paloma Guillem. Y en el artículo que profundiza en un aspecto fundamental, los patios y su valor educativo, del CEIP Raquel Camacho de A Coruña. No nos cabe la menor duda que una de las mejores fórmulas para trabajar la inclusión y equidad en cualquier centro es la planificación de un patio que dé respuesta a las necesidades de “todo” su alumnado